sábado, 28 de mayo de 2011

Esto es así.

No sé si duele más la caída o el aterrizaje; pero lo que sí sé es que no quiero acabar en manos de cualquier idiota que me aferre a él y acto seguido destino en soledad: desde luego quiero caer, quedar como una idiota y levantarme con la cabeza bien alta. Pero todo no empieza en el momento que caes, si no en el que sientes que algo va mal y entonces es cuando procuras no caer pero siempre acabas despistándote y tropezando con una estúpida piedra que te deja tirada en medio de un montón de gente. Gente perdida, que entre esa gente, estoy perdida yo también. Y entonces es cuándo dices: ¿Escapo? ¿Me levanto? ¿Debo callar? ¿Desaparecer? Sí, en ese momento sería más lógico desaparecer por un instante hasta que otra piedrecita te vuelva a enamorar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario