sábado, 26 de febrero de 2011

CARPE DIEM.

 ¿Cómo dos palabras pueden significar tanto? ¡VIVE EL MOMENTO! Me encanta esa frase.
Todo lo que me está pasando no impide que viva unso momentos irrepetibles con la gente que me quiere, esas grandes personitas a las que llamos amigos.¿Qué haríamos sin ellos? Pues, lo que respecta a mi, moriría, sí, me moriría, pensaréis que soy muy radical pero ellos los son TODO y no me imagino una vida sin ellos, porque ellos son mi vida.
Prácticamente paso más tiempo con ellos que con mis padres o mi hermano, a las 10.15 de la mañana ya estamos todos juntos, y a penas en 20 minutos, mi mundo cambia, ya que después de 2 horas de clase y verlos juntos, como que baja un poco la moral, pero a la hora del recreo NADA ni NADIE puede hacerme decaer y no si están ellos conmigo,se que lo están. Como los quiero...y como me quieren.

Muchos de vosotros pensaréis que no es para tanto, que toso el mundo tiene amigos y que soy una exagerada, pero, ¿quién tiene unos amigos tan especiales como yo?
Creo que nadie, y por eso estoy orgullosa de tenerlos como amigos, porque son  UNICOS . Somos una piña difícil de romper, aunque más que eso, somos una gran familia, una familia de aproxiamadamente 20 miembros: todos sabemos los secretos de todos, todos nos apoyamos mutuamente, estamos tan acostumbrados a cada uno de los componentes de dicha familia, que todos somos imprescidibles para poder ser felices y sonreir.
Aunque todos sabemos que siempre hay una pequeña oveja negra que se desgana del rebaño, pues en esta familia también, hay "familiares que llegan a decepcionar tanto..¡Pero hoy no! Al menos en esta entrada no, esta es para agradecer a aquellos idiotas a los que llamo amigos, a aquellos idiotas que me llaman amiga y solo por eso soy feliz y me faltarían mas de mil vidas para agradecerles todo lo que han hecho por mi.
En estos momentos, mi Carpe Diem son ellos, sin ellos no podría sonreir, ya que esta panda de cafre sme trasmiten una fuerza increíble y sacan siempre lo mejor de mi , por eso y mucho más, gracias, GARCIAS DE CORAZON.

domingo, 20 de febrero de 2011

Odio.

En un principio, no iba a subir esta entrada, la que tenia pensada era una entrada super bonita, Recuerdos veraniegos se llamaba y los que me conocen saben perfectamente de qué podría haber tratado; todo lo que habia pasado en este inolvidable o fatíco verano (depende de como me sienta, le asigno uno u otro adjetivo), pero algo me ha hecho cambiar de idea, este sentimiendo que me corrompe el alma y por supuesto no estoy orgullosa de sentilo.
Creo que no me equivoco al decir que todo el mundo ha odiado alguna vez. Yo lo he hecho varias en mi vida, y hoy lo he vuelto a hacer. No voy a contar aquí las razones por las cuales he odiado, pues no creo que sean relevantes. Al fin y al cabo, no creo que se pueda hablar de "tipos de odio" ni nada parecido: el odio es igual siempre. Se puede odiar más o menos, pero no se puede odiar de ésta u otra manera.
Éste sentimiento que he experimentado una vez más me ha hecho reflexionar, motivo por el cual estos humildes pensamientos no sólo están en mi mente sino aquí también plasmados. Yo soy de las que piensan (no sé si alguien más lo pensará...) que los remordimientos son las señales por las cuales nuestro verdadero Yo nos indica que hemos hecho algo que se aleja de los ideales de ese "Yo" nuestro. Ciertamente, intentar conocerse a uno mismo es una de las tareas más difíciles que puede llevar a cabo un ser humano, por lo que es lógico que, no sabiendo cómo es realmente nuestro interior, erremos en nuestros actos. El remordimiento, entonces, sale a la luz y nos avisa de que nos hemos equivocado de acción. Pero claro, el ser humano dicen que es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, y bien es cierto en esta ocasión, pues el hombre (y también la mujer, por supuesto) no suele aprender la lección con una clase, es necesesario caer una y otra vez en el mismo error para darse cuenta de que ése no es el camino que desea verdaderamente seguir. Y ésto creo que normalmente es así.
Hoy, tras odiar, recibí una de esas señales de mi Yo no mucho después. Me pregunté el por qué de esa señal, ¿acaso no fue lo suficientemente justificada la ocasión? La causa de mi odio era ajena a mí, yo era totalmente inocente. ¿Qué culpa podía tener yo? Pues , qué ironía, resulta que toda la culpa era mía y sólo mía. Porque, a decir verdad, ¿no es estúpido que cosas ajenas a nosotros mismos dominen nuestros sentimientos? No podréis negar que siempre se odia a algo o al alguien...pues bien, ¡felicidades a ese algo o alguien!...ya que ha sido capaz de corromper nuestros sentimientos, aquéllos mismos que nos pertenecen a nosotros y sólo a nosotros. Hoy he aprendido que con el odio no se gana nada. Absolutamente nada. Por el contrario, nos puede hacer ganar enemigos, enemistades. Nos va a llevar a ser vulnerables ante diferentes situaciones en la vida, previsibles. Y lo peor de todo, acabará por hacernos manipulables, pues quien sepa manejar con eficacia las cuerdas de ese títere llamado odio, hará con el alma que la lleva lo que quiera. En otras palabras, no dejemos que el odio nos haga esclavos del mundo exterior, seamos libres de elegir lo que queremos sentir. Creo que es un buen consejo oír las indicaciones de ese Yo interior, ya que pienso que es ahí donde radican todos los buenos sentimientos: los de una persona justa consigo misma y con los demás. Tratemos al odio como él nos quiere tratar a nosotros, y desechémosle porque de nada vale tenerlo en cuenta. La satisfacción de elegir lo que queremos es a lo que todos deberíamos aspirar. Elegir caminos, buenos o malos pero elegidos por nosotros.

sábado, 19 de febrero de 2011

O me tomas o me dejas.

Puede que un día tenga mil sonrisas para repartir, y otro en cambio no tenga ganas de nada. Quiero a muchas personas, y odio a otras tantas ¬¬’. Para unos seré demasiado perfecta y para otros tendré demasiados defectos. Para unos seré la mejor amiga del mundo, y otros no me querran ni ver, aunque me importa poquísimo;). Tengo muchas cosas buenas, pero también muchas malas. Me gusta reír y hacer reír, vamos hacer el payaso con ellos. Me gustan los pequeños detalles y los grandes momentos. Me gusta recordar viejos momentos, aunque Marta,Rafa y Evaristo digan que los borre, cosa que he hecho chicos y no sabeis lo que me ha costado;). Me gusta ayudar a la gente siempre y cuando se lo merezcan. Me gusta actuar sin pensar en las consecuencias y NUNCA repito NUNCA me arrepiento de ello. Me gustan las tardes de tranquilas, aunque otros días prefiera estar por aí haciendo el gilipollas. Me gusta aprender de mis errores, que no son pocos. A veces puedo ser muy tímida, otras en cambio puedo ser la mas lanzada y no cortarme ni un pelo. Odio los lunes y me encantan los sábados. Tengo miradas que matan y sonrisas que emboban. Para mi es blanco o negro, el gris no existe, soy muy extremista y más de uno lo sabe;). O te quiero o te odio, lo siento -.-‘. O me da igual o todo me afecta. O algo me gusta o no puedo ni verlo, tú. Hago lo que quiero y cuando quiero. Soy muy orgullosa y me callo muchas cosas que me gustaría decir, pero muchas muchas... Tengo mis mas y mis menos. Odio que me hagan callar. Me encanta hacer locuras. Me tengo que caer 100 veces,si no no aprendo..y aún asi me cuesta.

viernes, 18 de febrero de 2011

Canciones que me saben a tí.



Al escuchar canciones, como esta, se me vienen a la mente muchísimos recuerdos y en todos aparece él, ese ser que se adueña de mi procesador de imágenes.
¿Qué será de él? Me pregunto, muy fácil, prácticamente convivo con su figura, y si paso  por su lado, con suerte, puedo oír  ese estruendo que tiene por risa. Lo que daría yo porque  esa risa, de cerca que estuviese, me dejara  sin oír el canto de los pajarillos que pasan cada mañana por la ventana de mi habitación.
   Pienso mucho en cómo estará, si es feliz, si algo le inquieta, si me recuerda…Feliz sé que es, lo advierto cuando la mira, esos ojos color almendra nunca estuvieron tan brillantes, inquietarle algo; todavía es muy pronto como para darse cuenta de lo bien que lo va a pasar los próximos meses, por no decir semanas, días, horas…
No quiero que sufra, no podría verlo así, derrotado, desilusionado, utilizado y sobretodo, saber que aún así la seguiría queriendo, no quiero que pase nada de eso. Prefiero mil veces que esos dos frutos secos sigan tan llenos de luz a que viertan su sabia al ver pasar a ese amor platónico en que alguna vez, todos o al menos yo, hemos  depositado nuestra confianza para luego ella arrebatárnosla  y no poder recuperarla, sintiéndote perdida, insegura de tu actos y sola, muy sola.
Al escuchar la frase de esta canción: “volvamos a empezar” pienso que si por un segundo pudiésemos volver a  empezar, volvería a conocerte, a reír contigo, a soñar contigo, a enamorarme de ti…Si volviéramos a empezar, pasaría por todo lo que he pasado sólo por escuchar mi nombre salir de tu boca, llena de hojalata por aquel entonces, nunca vi una sonrisa tan brillante como la tuya, esa sonrisa que tanto  me ha embobaba  y si me descuido, porque mis ojos te buscan continuamente, me sigue embobando.
Yo siempre digo que no, que no volveré a escuchar su voz dirigiéndose a mí, pero la necesito, es como una droga, mi éxtasis, mi heroína, sin ella me faltan fuerzas hasta para pestañear, y si tengo la necesidad de consumir  mi dosis diaria, hago todo lo posible por conseguirla, una tontería, una duda estúpida o un simple “que ha dicho el profesor” estando en primerísima fila y él, literalmente en la otra punta de la clase, esas cosas, hacen que te des cuenta que, por mucho que jures que jamás lo recibirás con una gran sonrisa que pide a gritos ¡QUIEREME¡, lo estás esperando con los brazos abiertos, o mejor dicho con el corazón, a esa personita que con lo diminuta que es en este gran universo, puede modificarlo  solo con cruzar vuestras miradas.
Muchos de los que me quieren saben que esto es cierto, que ya no se creen las promesas que les hago diciéndoles que estoy olvidando  todo lo pasado y que sobre todo, que no daré marcha atrás, que si alguien viene a buscarme ya no estaré esperándolo.
Sí, es verdad te necesito, te necesito y te sigo queriendo y aunque tú no lo sepas yo soy esa sombra a la que cuentas todos tus problemas e inquietudes, que a la vez se hacen míos y me dejan sin respiración y sin sueño…

No quedan luces en el puerto, así que estaré alerta, por si confundiste el mar…

Adiós, Leónidas, adiós.

¿Qué cómo me siento?
Pues imaginate como me siento al ver que mi hermano me ha quitado mi bien más preciado, el peluche que lleva conmigo desde niña, no sabes cuantos secretos le he confesado, ni cuanto lo he querido, mejor dicho, cuanto lo quiero. Pero él, Leónidas, piensa que ya no tiene nada que hacer a mi lado y que mi hermano jugará más con él y lo querra más que yo, algo muy poco probable. ¿A quién contaré ahora todos mis secretos?
La primera ves que los vi, fue en nuestra habitación, en esas cuatro paredes en las que tanto hemos jugado, onde hemos llorado y siempre hemos tenido el consuelo del otro, hasta donde incluso hemos reído una que otra vez. En todos esos momentos no piensas que esa persona tan especial te puede arrebatar a ese animalito peludo y relleno de lntejitas, que es como llamo ya a las bolitas de su interior. Esa primera ves, sentí que el mundo se me caía encima, que el alma se iba a un lugar desconocido y lejano y mi corazón dejaba de latir, porque, aunqe Leónidas no lo sepa, cuando el se marchó, todas mis ilusiones, incluido mi corazón, se fueron con él.
La segunda vez fue muy parecida a la primera, no puedo asumir cómo ese león verde puede querer tanto a ese niño tan mimado e infantil. Mi hermano nunca ha sabido apreciar lo que ha tenido, es muy caprichoso y hace todo lo posible para conseguir sus objetivos para luego cansarse de ellos y tirarlos en la cuneta más cercana, para conseguirlos, ha llegado a pisotear a su hermana, que nunca le han importado, o al menos eso aparentaba, las gracietas del niño de mamá, pero esto a sobrepasado mis límite.
¡Era mi peluche! Él podría haber elegido cualquier otro juguete de la habitación, que no son poco, créeme, es más yo llevo durmiendo con ese par de ojos color carbón desde hace miles de años. Mucho tiempo ha pasado para que él y yo hayamos cultivado esa confianza, esa amistad, ese sentimiento, en resumen, esa felicidad que penetraba en mi cuerpo y haga que mis labios acaricien a mis pequeñas orejitas, como para que ahora, en unos días, el enano tocapelotas haya conseguido eso que he estado cuidando tanto en este tiempo. Increíble, ¿verdad?
¿Cómo t sentirías tú al compartir el oxígeno con esa persona que te ha defraudado tanto?
Mi madre piensa que es una estupidez y que no le de más vueltas al tema, que por un simple peluche no debemos pelear. ¡Pero ni siquiera me ha pedido permiso para jugar con él!, ella no me entiende, eso es lo que me indigna, que siendo mi hermano halla cogido algo mío sin decírmelo, quizás si me hubiese informado de que iba a jugar con él, no me hubiera molestado tanto, ¿no crees?
Ahora entiendo cuando dicen que la confianza da asco. Supongo que mi hermano qu mi hermano cree que un compañero de sueños es como una goma de borrar, que puede cogerla y utilizarla así sin más, pero una cosa tan personal como Leónidas, en la vida podría compartirla.
Pero bueno, he observado que su color verde y sus ojos, a los que tanto he hablado, ya no son los mismos y eso me apena.
Además ayer por la tarde, al pasar por el escaparate de la juguetería, advertí algo que nunca había visto: un peluche precioso en colores llenos de vida y alegría que parecía que me llamaba, estoy pensando en comprármelo.
Hoy, he visto como mi hermano “jugaba” con aquel muñeco viejo, al que tanto he querido, si a eso se le podía llamar jugar, pues nunca había visto a mi antiguo compañero de juegos aburrirse tanto, como recuerdo su risa; su felicidad, pero como le gusta jugar con mi hermano, que nadie se lo impida, por favor, allá él. No es que m guste la idea de verlo roto, como me temo que en un tiempo lo estará, porque aunque sea un viejo peluche, a sido MI PELUCHE, Leónidas, mi mejor amigo y confidente, con el que llegué a pensar que nunca podría verlo con otros ojos, cos esos ojos nuevos con que lo veo ahora y veo y pienso en eso, que es tan solo un viejo muñeco lleno de recuerdos, los cuales irán desapareciendo con el paso del tiempo…o cada vez que visite la juguetería;)